El trastorno de estrés postraumático (también conocido como TEPT) es un trastorno psicológico que pertenece a la categoría de los trastornos de ansiedad. Consiste en una serie de características y síntomas que sufre una persona después de haber vivido una experiencia abrumadora y aterradora, es decir, tiene un hecho desencadenante concreto. Por ejemplo, un accidente de tráfico, un asalto, ver a una persona fallecida, peleas familiares, abusos, haber vivido una guerra, etc.

Es evidente que a cualquiera de nosotros nos provocaría malestar vivir alguna de estas situaciones, pero a las persona que desarrolla este trastorno tienen, además, una mayor alteración en el componente afectivo, pierden la motivación y el interés por cosas que antes le fascinaban, se vuelven más fríos y distantes con las personas más cercanas, son incapaces de experimentar sentimientos amorosos, pierden el deseo sexual y tienen una visión muy desesperanzadora del futuro. El trastorno de estrés postraumático puede darse a cualquier edad, pero es cierto que los casos más comunes suelen darse en personas con oficios como policías, bomberos, soldados, ambulancieros, etc. debido a la constante exposición a hechos traumáticos.

Se cree que el hecho que provoca que estas personas tengan este impacto es que tienen la sensación de que son culpables de lo sucedido, o en el caso de una tragedia ajena, de haber sobrevivido cuando otros perdieron la vida.

Síntomas del trastorno de estrés postraumático

A continuación mencionaré los síntomas más comunes que suelen darse en las personas que sufren un trastorno de estrés postraumático. Es importante destacar que todos podemos experimentar algunos de estos síntomas después de una experiencia abrumadora, la gravedad del asunto dependerá de la frecuencia, intensidad y duración de dichos síntomas:

• Constante estado de guardia e hipervigilante
• Pesadillas y flashbacks sobre lo sucedido
• Palpitaciones
• Cefaleas
• Intento de estar siempre ocupado en algunos casos, en otros, tienden a quedarse sin hacer nada.
• Ansiedad
• Sentimientos de pánico
• Insomnio
• Posible consumo de tabaco, alcohol y drogas

Los síntomas suelen darse durante los 3 primeros meses tras el trauma, aunque es cierto que puede haber un lapso temporal de meses o incluso de años, antes de que se manifieste el cuadro sintomático. Existen variaciones respecto a la duración de los síntomas, el 50% de los casos suele recuperarse a los 3 meses, pero en algunas ocasiones, los síntomas puede perdurar más de 1 año. En función de la duración de los síntomas podemos clasificar 3 subtipos del TEPT: el subtipo inicio demorado haría referencia a que ha habido como mínimo un lapso de 6 meses entre el acontecimiento y el inicio de los síntomas, el subtipo agudo se da cuando la duración de los síntomas es menor a 3 meses y el subtipo crónico cuando la duración de los síntomas va más allá de los 3 meses.

Ante un caso de trastorno de estrés postraumático debemos de andar con los ojos bien abiertos (o en el caso de los psicólogos, con las orejas bien abiertas) ya que existe un importante riesgo en desarrollar otros trastornos psicológicos, como podría ser algún tipo de fobia (ya sea específica a un estímulo o una fobia social), trastorno depresivo mayor, agorafobia o alguna toxicomanía.